Lista de poemas y canciones
- «Arbolé arbolé…» – Noche de ronda
- «Noche de amor insomne…» – Si no te vas
- «Yo soy la madre de doña Rosita…» – Sombras
- «Yo ansío verte llegar…» – Se me hizo fácil
- «Cabellos de emperadora…» – Macorina
- «El cielo tiene jardines…» – La llorona
- «El poeta habla por teléfono con el amor» – Amar y vivir
- «Amor. amor…» – Cruz de olvido
- «Toda mi vida…» – Nosotros
- «Casilda VII, De la rosa» – La rosa
- «Romance de la pena negra»
- «Volaré por el hilo de plata…» – Mujer
- «Ángel que no vela» (Chavela Vargas)- Santa
- «Canción de jinete, 1860» – Luz de luna
- «Gacela III, Del amor desesperado» – Soledad
- «¿Qué hicieron con tu muerte?» (Chavela Vargas) – Piensa en mi
- «Os doy mi corazón…» – Somos
- «Canción de jinete…» – María Tepozteca
Sobre este disco…
Presentación de Laura García-Lorca
Chavela Vargas apareció en nuestra casa en el exilio en Nueva York en forma de “La llorona”. Creo que tuvimos un disco que desapareció pero no antes de que nos aprendiéramos las letras e incorporáramos algunas de las canciones a las muchas que nos habían enseñado nuestros padres, los amigos que pasaban por allí desde distintas partes del mundo, y las que nosotras, como niñas norteamericanas en los sesenta, cantábamos en esa época tan buena para la recuperación de las canciones populares y tradicionales. En 1993 conocí a Chavela en persona cuando vino a cantar a Madrid gracias a Manuel Arroyo. El concierto en la Sala Caracol nos afectó de una manera profunda, diría que definitiva, a las personas que tuvimos la suerte de estar ahí. Nunca hasta entonces me había conmovido tanto una voz, una manera de decir y de estar, hasta el punto de sentir que Chavela había producido una transformación en mi, que había revelado no sólo un conocimiento de lo humano sino de la naturaleza, de los elementos, y también de lo que uno intuye que está al otro lado. En esa época yo estaba archivando los papeles de mi abuelo Fernando de los Ríos en la Residencia de Estudiantes que fue la casa de Chavela ya siempre en Madrid. Al día siguiente de oírla cantar me senté con ella a desayunar en el comedor y no hicimos mucho más que llorar. Chavela nunca habla por hablar, y ahí entre nosotras no hacía falta nombrar las cosas que tenían una presencia tan clara. Ella estaba viviendo en la casa de Federico García Lorca, y por tanto con el poeta. la frontera entre los mundos de la realidad, la poesía y la muerte, apenas existen para ella. Creo que ese azar también alteró su vida, y la soledad infinita que lleva consigo ha sido sobrellevada con Federico y sus palabras. En este disco que ha hecho como una necesidad urgente de agradecimiento, hace suyos mundos y personajes tan distintos como doña Rosita, Yerma, el jinete que va hacia la muerte, el poeta hablando de su amor o don Perlimplín. No es la voz de una cantante, ni la de una actriz. Aquí no hay interpretación. Las palabras brotan de la propia fuete. Está solo la voz de la poesía.
Madrid, febrero de 2012.
¿Qué dicen los medios?
Proceso: El recital de Chavela Vargas al español García Lorca, toda una tertulia
La Jornada: Luego del recital a García Lorca, me queda morir: Chavela Vargas
El País: Chavela Vargas enciende a México con los versos de García Lorca
El País: Conmovedor regreso el de Chavela Vargas a Madrid