La noche del 31 de octubre acompañamos a María Cortina para recibir, a nombre de Chavela Vargas, la Luna del Auditorio en la categoría del Mejor Concierto Iberoamericano por ‘La luna grande’, su homenaje al poeta Federico Garcia Lorca que habíamos producido en el Palacio de Bellas Artes. Aunque la premiación no fue el ambiente habitual de Corasón, Chavela tenía una capacidad envidiable para moverse en diferentes mundos entre gente que no solían identificarse o llevarse bien entre sí. Que su despedida de su público mexicano haya sido premiada es maravilloso, también porque el lanzamiento fue un acto de mucha voluntad y amor de parte de gente que aceptó, sin cuestionar, participar en un evento nada convencional: una tarde de poesía con un ícono de la cultura mexicana (nada de diva) animada para sentarse en su silla de ruedas a escucharse a si misma recitando poesía entre las canciones de Eugenia León y Martirio que celebraban toda una vida. Laura García Lorca había aceptado moderar este evento sui generis. El equipo de producción se entregó apasionadamente – más bien motivados por algo que no fue lo económico – para que saliera un lanzamiento de un disco capaz de ganar el más importante premio para conciertos en vivo. Al recibir la presea, María improvisó una líneas muy dignas (lejos del estilo de los Oscares). Nos queda claro a todos que la ganadora es Chavela y eso merece celebrarse.
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